Heroínas, héroes, ficción y realidad

La realidad nos golpea duro. Entre desgracias personales y colectivas, a veces, parece que el mundo se va al carajo más de lo normal... Pero, de vez en cuando, aparecen rayitos de sol que hacen ver que en el mundo mejoran cosas.


Sigourney Weaver como
Ellen Ripley.
Alien: el octavo pasajero
A los cinéfilos… seriéfilos… ficcionefilos? Ya no sé cómo clasificarnos… Nos gusta pensar que libros, películas y series son reflejo de la realidad social. Y también promueven cambios.


Hace tiempo que creo ver con emoción obras que promueven roles que me parecen positivos. Y mi reciente tontería con Netflix me reafirma.  Doctores tiene la… sociología y estudiaran esto mejor que yo. Pero creo observar cambios positivos en la visión de los roles sexuales.  


No voy de feminista, pero me gusta ver protagonistas femeninas reales y fuertes. Porque promueven una visión más natural de hombres y mujeres. Estas heroínas son muy útiles para abordar temas como el valor, la entrega, la obsesión y la vulnerabilidad sin la contaminación del estereotipo del héroe machote.


Nichelle Nichols como
Uhura de
Star Trek
Cualquier espectador se identifica y apiada de la mujer vulnerable, se alegra cuando supera sus temores, y la admira cuando le hecha arrestos y vence. Muchos no perdonan los temores de los héroes masculinos. Mujeres y hombres somos víctimas de los estereotipos correspondientes.


Estas ficciones los rompen: enseñan fuerza donde no se nos decía que no había, y valor en la persona temerosa. Refuerzan la idea de que el héroe no es el valiente, si no el que se atreve a hacer lo que le da miedo. Y lo hacen con protagonistas femeninas.


No es nuevo, sin ser un estudioso, podemos recordar la Ripley de Alien. Los más frikis recuerdan la Uhura de Start Treck, doblemente reivindicativa por raza y sexo.

A continuación nombro las ficciones que más me llaman la atención. Advierto, cuidadín con los trailers, a la gente les gustan. A mí no: siempre destripan un poco la historia.


Claire Dames
("Carrie" Mathison de Homeland
Carrie Mathison fue la primera heroína que me llamó la atención. Una protagonista  fuerte con una enfermedad mental con la que pelea, trabaja y convive como puede.


Doble ejemplo: mujer profesional entregada; y persona con enfermedad mental que consigue ser algo más que un enfermo mental para todo el mundo.


Junta el mundo super héroes con los detectives. Con una protagonista a la que da gusto ver pelear, enfrentarse a la vida… y follar como una bestia, ya de paso. Sin complejos tontos... en un episodio... sólo... creo.


El uso del estilo detectivesco es muy curioso. El ritmo es casi de Wallander y da gusto ver métodos que parecen muy reales.


Aparte, la portada de inicio es una obra gráfica preciosa. No tiene nada que ver, pero revieeento si no lo digo.


Tatiana Maslany en Orphan Black
Es el refinamiento de el uso de “protas” mujeres. Imposible hablar de ella sin hacer algo de spoiler.


Digamos que la actriz principal hace muchos papeles a la vez, y muy bien. Mujeres: maravillosas, diferentes, con virtudes, con defectos, y valientes cuando toca.


El argumento también es especial, con implicaciones morales que se enseñan de forma dinámica, no las explican: las muestran.




Todavía estoy con ella. Es mi tercera serie policíaca en poco tiempo. Después de River y Luther… Marcella me está manteniendo el nivel. Todavía no se por dónde va, pero me huelo cosas.


Encaja en esta dinámica reivindicativa de forma peculiar. Pero si digo más, reviento el argumento.



Se sale de lo dicho hasta ahora. El protagonista el masculino. Pero abiertamente gay.


Sorprende ver una relación sentimental gay en una serie pseudopolicial. Explícita en lo sexual y en lo sentimental. Y lo sentimental me pareció más valiente y auténtico. Estamos acostumbrados a la sexualidad gay por películas de Almodovar, por ejemplo. Pero es difícil ver una relación sentimental tan fuerte y verdadera en una ficción… ni gay, ni hetero, ni hacia mascotas o máquina herramienta.


En este caso, el valor, la inteligencia y la capacidad de sobreponerse a desgracias vienen de un gay. Cosa que sorprende a la mayoría de heteros varones.



De hecho, creo que no conseguiré que ningún colega la vea. Yo mismo la empecé sin saber de qué iba.


Lo importante. Todas estas ficciones desarrollan argumentos más o menos clásicos. Pero no usan a los protagonistas clásicos. Van más allá de la figura del antihéroe. No sólo muestran héroes con defectos, muestran personas normales enfrentándose a situaciones extraordinarias.


Personas normales = hombres = mujeres = cualquier orientación sexual = cualquier condición mental = personas normales.

Y cuánto más lo veamos, más asumido lo tendremos. Más claro podremos admirar a esos héroes cotidianos: tender@s, bomber@s, barrender@s, nuestros padres y madres... Cualquiera que se enfrenta a la vida.

Basta de no creerse suficientemente buenos o normales por que no encajan con los clásicos héroes simplones de los años 50 y anteriores. Tontos valientes y felices. ¿Recuerdan Mad Men?

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