Rendiciones y revelaciones
OK, de acuerdo. es un pecado rendirse y esperar pacientemente la muerte. Y compite en futilidad con el suicidio. Es una opinión discutible, claro. Algunos suicidios todavía pueden tener algo de épica. O estar condicionados por circunstancias extremas. Pero rendirse sin más…
Olvidar pasiones, retirarse de la vida mientras hay vigor, limitarse a observar. Pero ¿contra qué se pecaría? Si recurrimos a algún dios o al valor divino de la vida… por ahí no, al menos yo no, lo siento, no creo en eso. Al quien le sirva: felicidades.
Pero, ¿por qué es un pecado? Es una razón que no se puede enseñar, sólo se puede comprender. Hoy me lo han recordado como me gusta: sin intentarlo ni insistir demasiado. Alguien me ha recordado cosas que hago bien. Y que es una pena que no las haga… Y es verdad. Podría hacer algo bueno, otros podrían beneficiarse de mis habilidades, y yo disfrutaría haciendo lo que se me da bién… o no tan mal como otras cosas.
Aparte, es tan divertido aprender cosas nuevas, y vencer montañas. No tanto por llegar a lo alto, si no por el placer de esforzarse buscando el propio ritmo. Nada de heroicidades y búsqueda del éxito. Todos perdimos la batalla nada más nacer. Moriremos sin alcanzar a ser una mota de polvo en el cosmos. Parece que tenemos una oportunidad para estar aquí, ver, actuar, sentir… tantas mierdas, pero también las cosas buenas.
Por lo tanto: si, rendirse puede ser un pecado. Cuando a tantos les han quitado la vida a la fuerza, cuando a tantos les han negado toda posibilidad, cuando tantos han luchado y muerto para que lleguemos aquí… Desanimarse por pavadas… centrarse en lo malo sin ver lo bueno…
Bueno... ya, no puedo descartar una depresión crónica flojita. Ante eso, ninguna de estas milongas sirve.
Pero hoy quiero creer que debería dejar de lamentarme de lo difícil que sería llegar a cualquier cima, de lo que me ha costado llegar aquí, de lo tarde que es para salir a ningún lado. Debería de dejar de mirar al horizonte y disfrutar de cada paso. Al fin y al cabo, de este monte no se sale vivo. Todos los caminos llevan al precipicio.
Claro, en la montaña: no se debe correr con una navaja abierta en la mano, deambular con un casco vikingo de broma sin ropa reflectante, ni defraudar a hacienda sin ser futbolista. Pero, por lo demás… ¿vivir con miedo y lamentarse por no ser el mejor o haber perdido?… si todos hemos perdido ya… disfrutemos de lo que podamos. Y sin joder la marrana al resto, que cada uno ya tiene lo suyo. No se, digo yo.
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